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Nuestra historia

  47 años elaborando vino 

Desde 1976 Viña Santa Mónica 

La historia de Viña Santa Mónica comienza en el Valle del Rapel, con un joven que pasaba los veranos trabajando en la viña y bodega de su abuelo. Luego de obtener el título de ingeniero agrónomo en la Universidad de Chile, Emilio de Solminihac González estudió en Francia, sus profesores fueron los legendarios enólogos Jean Ribereau-Gayon y Emile Peynaud, siendo el primer chileno que recibió el diploma nacional de enólogo de la Universidad de Burdeos. De regreso en Chile, instaló un laboratorio enológico en Rancagua y dió consejo técnico a muchas viñas y bodegas de la región, llegando a conocer muy bien sus suelos, climas, vides y vinos.

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Paralelamente se mantuvo ligado al quehacer docente, como profesor de vinificación y enología en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica de Chile. En 1976 compró la antigua Viña Purísima, rebautizándola con el nombre de su esposa Mónica, donde encontró el terroir con las condiciones óptimas para realizar su visión de un viñedo orientado a producir vinos capaces de expresar los más altos niveles de excelencia que se pueden alcanzar en Chile.

 

Los logros obtenidos por Santa Mónica muestran que fue pionera entre las nuevas generaciones de viñas chilenas.

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Emilio de Solminihac González, por su gran conocimiento, experiencia e invaluable aporte al éxito del sector vitivinícola chileno, ha recibido merecidos reconocimientos, de sus pares, de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile quienes le otorgaron los premios Ruy Barbosa en el 2013, y al Mérito Vitivinícola en 1986. En el 2022, recibió de parte del Ministerio de Agricultura del Gobierno de Chile, el premio Siembra, como un “Visionario de la Industria del vino en Chile” También se destacó por elaborar vinos de alta calidad, más complejos, con fruta, más elegancia y finura varietal, manteniendo su escuela bordelesa en que los grandes vinos son aquellos que tienen una buena capacidad de envejecimiento.

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Luego dedica sus esfuerzos para destacar los vinos de Chile, y así hoy cuenta con vinos de gran elegancia y personalidad con más de 20 años de guarda cosechas únicas, invaluables que expresan en toda su plenitud el máximo de su terroir.

Emilio De solminihac
Mónica Fonseca
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